Laura Iglesias González

La pasión por los perros viene con mi niñez, donde lo que más me gustaba era estar dentro del parque con ellos, jugar con estos y pasarme horas allí dentro. 

Comprendo que las cosas no han cambiado tanto sobre ello, ahora disfruto doble, en mi casa y en el ring con mi raza, los pastores australianos.

Conocí a los pastores australianos a la vez que mi pasión por presentar perros, ambos llegaron a  mi vida con 10 años y continúan con más importancia que al principio. En el momento en el que comencé a presentar perros, mi madre y yo solamente acompañamos a nuestros amigos a las exposiciones las cuales aunque dejáramos de tener perros nunca se habían ido. Pasé de ser la niña de Arión, donde aprendí todos los piensos y preguntaba a todo el que necesitara consejo ¿Que perro tiene usted?, a pedir perros a nuestros amigos para salir en presentadores infantiles. 

Es en ese momento donde conocí a Sonsoles Hevia, de la Noval, por quien conocí a los aussies, saliendo con ellos en presentadores infantiles siempre que ella estaba por allí. 

Después de la pandemia, mi amor por los australianos no paró de crecer, y así tuve la oportunidad de tener a Fira, mi primera australiana, criada por Sonsoles.

Nuestra familia fue creciendo y yo con ella, pero sin duda Star, mi segunda pastora australiana, me enseñó que quería ser una criadora de pastor australiano. Star es todo lo que un pastor australiano debe tener, esa lealtad en la mirada y ese cariño incondicional, donde haría lo que sea y no sea posible para hacerte feliz. De aquella pequeña pasión de una niña de 11 años, surgió un verdadero objetivo y una mirada mucho más lejana, compartida sin duda con la persona que siempre está a mi lado, trabajando más que nadie, mi madre. Sin duda mi madre y yo somos un gran dúo porque me encanta el ring y presentar perros, cosa que a ella no le gusta, pero si todo ese trabajo que no se ve, pero que es el más importante.